El shortstop fue la primera contratación del equipo saltillense; vistió la franela sarapera durante 15 años.

Uno de los jugadores más queridos y emblemáticos de los Saraperos de Saltillo es sin duda Guadalupe “Lupe” Chávez, a quien se le recuerda como la primera contratación de Saraperos.
Sin embargo, fue su trabajo como shortstop y sus mancuernas con los grandes segundas bases Gabriel Lugo y Juan Navarrete lo que realmente marcó su carrera con la Nave Verde, con la que jugó durante 15 años.
“Si en alguna franela me di a conocer, fue con Saltillo. Lo mucho o poco que realicé en Liga Mexicana fue con Saraperos”, cuenta don Guadalupe Chávez en el libro “Saraperos: Los primeros 50 años de una gran historia”, publicado por el club Saraperos de Saltillo y el periódico Vanguardia.
En la entrevista, Lupe Chávez narra su llegada al beisbol, primero con los Sultanes de Monterrey y luego con el Sarape, equipo con el que consagró su carrera, motivo por el cual su número 15 fue retirado e inmortalizado en la barda del Parque Francisco I. Madero.
“Fueron 15 años que se dicen fácil, pero hay que aguantarlos y producir. Jugar todos los días y hacerlo bien”, comentó en la entrevista realizada por el periodista deportivo Carlos Verástegui. “(Con la afición) Se dio una conexión muy bonita. Desafortunadamente nunca pudimos dar el campeonato que la gente se merecía. Aun así, el compromiso estaba y lo sacábamos adelante llevando el nombre de Saraperos a toda la República”, dijo el jugador.
“Es el compromiso que se crea entre un atleta y el aficionado. Así jugábamos en aquel grupo: con las ganas y el objetivo de que la gente que asistiera, regresara al siguiente día”.
Sobre la relación con sus compañeros, explicó fue excelente, sobre todo las mancuernas que realizó con don grandes beisbolistas: Gabriel Lugo y Juan Navarrete.
“Hice la primera llave (para doble play) con Gabriel Lugo, un jugador que venía de Charros de Jalisco, una gran organización de toda la vida. Nos acoplamos muy bien. Empezamos a ser amigos y eso se reflejó en el campo. Era un segunda base ofensivo; nuestro cuarto bat.
Checando números, no hay un segunda base que produzca como lo hacía él.
“Después llegó Juan (Navarrete). Un poquito más fino en su posición y también tuvimos y tenemos muy buena amistad. Nos entendíamos muy bien en el terreno. Nos divertíamos mucho jugando. Entrenábamos muchas jugadas que podíamos hacer; siempre trabajábamos sobre eso. Hacíamos mucho doble play, algo que no se veía en otros equipos”.
En la entrevista publicada en el volumen conmemorativo, Guadalupe Chávez además platicó sobre las finales perdidas en los años 70, que los llevaron a ser conocidos como “los Ya Merito”, y sobre el campeonato del asterisco en 1980, cuando la huelga de peloteros dejó una temporada corta con seis equipos y los Saraperos se alzaron con el triunfo.
