Su primer logro se concretó en 1926, cuando se habilitó un primer parque de beisbol con barda perimetral: el Parque Ramírez
Algunos dirán que el año de 1925 fue quizá “cabalístico” para el beisbol mexicano, pues ese año coincidieron dos eventos muy afortunados. Mientras que en Saltillo quedaba constituida la primera Liga Municipal, en el centro del país se fundaba la Liga Mexicana de Beisbol.
En Saltillo “el beisbol reclamaba, además del fervor de sus seguidores, el reconocimiento como una actividad seria y sobre todo, contar con una representación ante la sociedad y las autoridades. Era, luego de más de 30 años de practicarlo de manera espontánea, hora de meterlo en la formalidad”, cuenta el periodista Enrique Abasolo en el libro “Saraperos: Los primeros 50 años de una gran historia”.
Fue así como en abril de 1925, en la capital coahuilense, quedó constituida, en uno de los salones de la Sociedad Mutualista y Recreativa Manuel Acuña, la primera Liga de Beisbolistas Aficionados Saltillenses, bajo la presidencia de Froylán Mier Narro, llamada por todos Liga Municipal.
El primer logro de la Liga Municipal se concretó en 1926, cuando se habilitó un primer parque de beisbol con barda perimetral.
“Se llamó Parque Deportivo Saltillo, pero se le terminó llamando familiarmente Parque Ramírez, en honor a su gestor, Alfredo Ramírez”, relata Abasolo. “Y si bien, aquel logro de contar con un parque resguardado por una sencilla barda parece algo muy modesto, hay que considerar lo mucho que le aportó entonces al juego de pelota en dignidad, presencia y reconocimiento social”.
Según el autor del libro, la afición saltillense disfrutó unas pocas temporadas de estas instalaciones, pues Ramírez consideró que el acuerdo pactado con la Liga Municipal no le convenía, y al concluir la segunda temporada decidió operar el parque por su cuenta.
“Finalmente, luego de cinco o seis años, el propio Alfredo Ramírez desmantelaba prematuramente sus sueños como promotor de eventos deportivos, junto con las bardas de aquel parque que llevara de manera no oficial su apellido”, explica Abasolo en la publicación conmemorativa.
