Todavía sigue viva la polémica de si debió o no suspenderse el cuarto juego por lluvia, cuando Saraperos iba arriba 3 encuentros a 0 contra el representante de Jalisco.
Una de las Series Finales más cardiacas y controvertidas en la historia de Saraperos es, sin duda, la que protagonizó el “Dragón del Norte” en su temporada de 1971, la segunda de su historia, al pelear el campeonato contra los Charros de Jalisco.
La voltereta ocurrida en esta Serie Final demuestra que en el juego de pelota nada está escrito y que ninguna ventaja es definitiva.
En el libro “Saraperos: Los primeros 50 años de una gran historia”, el periodista Enrique Abasolo cuenta que ese 1971 el equipo se reforzó con grandes jugadores, como Marcelo Juárez, Gabriel Lugo, Gregorio Luque, Felipe Leal, Eduardo Acosta, Ramón Arano y Andrés Ayón.
“Los ‘Dragones del Norte’ se abrieron camino al liderato de su zona, mientras que por el Sur aventajaba una indiscutible potencia, los Charros de Jalisco, equipo comandado por el inolvidable mánager-jugador, el sonorense Benjamín ‘Cananea’ Reyes. Su confrontación final sería inevitable”, cuenta el autor en la publicación conmemorativa.
Como saben los aficionados más fieles, Saraperos ganó los tres primeros juegos consecutivos. El primer encuentro se definió 7 a 1 a favor del sarape. El segundo se lo adjudicó Andrés Ayón en un 6 por 3, marcador que se repitió en el tercer encuentro, esta vez con Enrique Castillo como pítcher triunfador.
“La afición de México no cabía en su asombro, pero nadie y por sobradas razones, como la fanaticada sarapera. Era apenas su segunda temporada y los Saraperos de Saltillo estaban a solo un partido de coronarse como los amos de la Liga, dueños de una pitcheo y un bateo espectaculares, que hacían de ese último encuentro un mero trámite”, dice Abasolo.
Pero el día del cuarto encuentro el cielo saltillense se cubrió de nubes amenazadoras y un aguacero cayó esa tarde sobre el Parque Francisco I. Madero.
“La discusión sobre si era posible o no reanudar el compromiso aún sigue viva; la decisión, sin embargo, fue reprogramar para el día siguiente un doble juego, una verdadera aberración tratándose de una serie de playoff y una auténtica abominación cuando hablamos de una serie final a sólo un triunfo de definirse”, escribe el autor.
La voltereta impensable la dieron los Charros de Jalisco, equipo que ganó los dos juegos aquel domingo 15, regresando la Serie Final a Guadalajara, donde finalmente los Charros se impondrían en los dos siguientes encuentros para coronarse, contra todos los pronósticos, campeones de la LMB.
Arriba, la publicación del cambio del cuarto juego de aquella Serie Final de 1971, publicada por Saraperos en el periódico El Sol del Norte. Fotografía Especial del periódico Vanguardia.
