1969: ¡Saraperos en la LMB!
Fue durante una cena del Comité Pro-Obras de la Catedral que un grupo de empresarios saltillenses decide que es tiempo de apostar por un lugar en el circuito de la Liga Mexicana de Beisbol.

Hace 50 años, los Saraperos de Saltillo ya se preparaban para iniciar su primera temporada en uno de los circuitos más importantes de México, el de verano de la Liga Mexicana de Beisbol.
¿Cómo nacieron los Saraperos? Unos meses atrás, en 1969, según recogen las historias oficiales, un grupo de empresarios saltillenses que reunía fondos para restaurar la Catedral de Santiago, se preguntó qué otra iniciativa podrían emprender juntos y en beneficio de la ciudad.
Según Juanita Lara Ramos, hermana del fallecido Gustavo Lara Ramos, uno de los fundadores de Saraperos, fue durante una cena del Comité Pro-Obras de la Catedral donde surgió la idea de solicitar a la Liga Mexicana de Beisbol un sitio para Saltillo, cuidad que ya contaba con un parque de beisbol (el Francisco I. Madero) y una trayectoria en ligas de gran importancia, como la Liga Otoñal y la Liga Central.

Así fue como Gustavo Lara Ramos, Eleazar Galindo Vara y Eustolio Valdés Flores buscaron al empresario Jorge Torres Casso para cristalizar un sueño que ya llevaba pensándose desde varios años atrás, sobre todo después de que los Tigrillos de Saltillo –filial de los Tigres– ganaran el campeonato de la Liga Central en 1968. “Eminentemente empresario, y aunque aficionado, Jorge Torres Casso no era hombre de beisbol como sí lo eran quienes abanderaban la iniciativa, pues venían jugándolo y promoviéndolo de décadas atrás”, cuenta el periodista Enrique Abasolo en el libro “Saraperos: Los primeros 50 años de una gran historia”. “No obstante, Torres Casso poseía la suficiente inteligencia y sentido común como para ver en el primer equipo profesional de la ciudad una inigualable oportunidad de trascender”.
Torres Casso se unió al grupo de saltillenses y se convirtió, de esta manera, en el primer presidente de Saraperos. Apoyados sobre todo por Tomás Herrera, “El Sargento Metralla”, entonces mánager de los Diablos Rojos del México, los empresarios consiguieron llamar la atención de la LMB y obtener un sitio muy merecido, aunque todavía quedaba demostrar dicho merecimiento en el diamante.